En otros mundos, en otros pueblos, algunos no muy lejanos, siempre presentes aunque en otras geografías, existen grupos de mujeres (en todos lados hay mujeres de mente o alma). Estas mujeres viven en comunidades indígenas, en los pueblos originarios, sí, los pueblos originales del mundo, estos pueblos están dispersos pero algunos tienen cosas en común.
Algunos de estos pueblos también los hacen llamar pueblos en resistencia*, como lo son en México los mayas, los zoques, los tzeltales, los tzotziles, choles y un puñado de pueblos más.
Estos pueblos están llenos de mujeres que un día se cansaron de no ser escuchadas, de no escuchar su voz en el silencio de sus hogares, de quedarse en casa mientras el marido salía a trabajar de sol a sol y ellas quedarse a trabajar sin ser reconocidas, las mujeres querían opinar sobre los asuntos políticos y demás acciones que querían hacer.
Fue así como se amarraron las faldas, se cargaron a lxs niñxs en las espaldas y decidieron gritar por la libertad, ellas decidieron decir lo que sentí-pensaban, decidieron que no habría más una lucha sin ellas.
A los hombres de estas comunidades no les agradaba mucho la idea y durante algún tiempo el machismo golpeo con fuerza a estos pueblos, mantuvo a las mujeres con la cabeza baja, los ojos perdidos y en ocasiones amoratados.
La mujer no tenía posibilidades de crecer, aprender a leer o escribir, simplemente tenía que aprender quehaceres en el hogar. Algunos de los pueblos se dieron cuenta que les faltaban manos, que la lucha necesitaba corazón. Miraron que la justicia no tenía pechos o pene, simplemente era igual, justicia.
Entonces las mujeres se encontraron en un mundo oscuro y para nada caminado.
Entonces, se organizaron para asumir los mismos roles que los hombres.
Primero estas mujeres salieron como milicianas, después desde los distintos pueblos, las mujeres empezaron a salir a la luz pública por ahí del 94, “Ahí vimos que teníamos el valor y la fuerza igual que los hombres, porque pudimos enfrentar al enemigo y no le tuvieron miedo a nadie” menciona en algún lado Rosalinda, una compañera que camina en otras tierras. Los otros pueblos, las otras luchas, los otros feminismos no son los mismos en todos los rincones de la tierra, hay mujeres que tienen que luchar contra el sistema patriarcal en otro tiempo, en otro mundo, es por eso que el feminismo se habla en plural, feminismos, no somos unx, somos todxs.
Estos pueblos, estas otras formas de caminar no se alejan de la libertad, están presentes en el sentir, en el ser humano, no un simple mortal que se identifica por ser hombre o ser mujer, en estas otras tierras las mujeres son libres y también deciden qué quieren hacer o que no quieren hacer, deciden por sus vidas, por su cuerpo, por su autonomía, generan planes de capacitación muy propios, conversatorios para poder comprender que es lo que pasa en el mundo, luchan desde la raíz, desde su historia, desde su pueblo, desde su feminismo.
Estas mujeres de otros pueblos, en otras tierras luchan por ser, por ser mujeres libres.
Tú tienes tu propio mundo, tu propia lucha. No te detengas, no desistas, no claudiques, aún hay algo que salvar, algo que cuidar: ¡TU MISMX!