Fui de esas personas que pensaba que la psicoterapia no servía para nada, también fui de las personas que se burlaba un poco de aquellas que creían que esperando lo mejor pasaría lo mejor; me parecía algo fantasioso que no estaba basado en hechos científicos. Como atea la ciencia es primero, sin embargo hace poco en terapia descubrí que existe una explicación científica acerca de cómo los pensamientos positivos facilitan el cumplimiento de metas y objetivos.
Hace como 10 años conocí a E, una persona alegre y apasionada, de esas que te hace sentir confianza de inmediato, alguien con quien te gustaría pasar la tarde platicando; coincidimos porque trabajamos en el mismo sitio, él como diseñador, yo como escritora creativa freelance; cuando iba a juntas lo encontraba sentado en su computadora generalmente con mucho trabajo. Un día al llegar a una reunión me dieron la noticia de que E tuvo un problema de salud resultado del estrés laboral, por lo que se ausentó, no era grave pero sí tan serio como para estar en cama.
Transcurrieron algunas semanas y E estaba de vuelta en su escritorio, lucía recuperado sólo que ahora en su monitor tenía la imagen de un paisaje, recuerdo que me comentó “ahí quiero estar yo, en esa tranquilidad”, juro que no me reí, su seguridad me dejó muda.
Pasó un tiempo más y E renunció para irse a Chicago, sin nada seguro, guiado sólo por el instinto; pronto encontró trabajo como mesero; en un correo-e me contaba que lo más impactante era que sólo trabajaba 5 horas diarias con un día de descanso y ganaba muy bien. Era impresionante porque en el medio de la televisión y el diseño se necesita trabajar demasiadas horas, desvelarse mucho, trasnochar en la oficina si es preciso, para que medio te vaya bien.
Después de un año fuera del país E regresó para trabajar en una agencia de publicidad, ahora con el objetivo claro de poner su propio negocio a la par de ello comenzó a hacer cupcakes, los vendía entre sus amistades, compañeros de trabajo, poco a poco recibió más y más pedidos, por azar del destino el negocio que planeaba iniciar con otros socios no prosperó; entonces cambió la dirección y surgió el sueño de abrir una tienda de cupcakes. Trabajó en ello y como si fuera “magia” llegó un socio el cual invirtió en el arranque del negocio; obviamente fascinado por el sabor de los cupcakes y la confianza que inspiraba E con su proyecto; así en 2010 comenzó la historia de The cupcake Project.
E considera que el éxito de su negocio se debe a que la operación del mismo está basada en el Positivismo, una corriente filosófica desarrollada por Augusto Comte en el siglo XIX, este pensamiento científico se funda en el amor como principio, el orden por base y el progreso como fin. El amor entendido como simple aprecio y respeto hacia la humanidad; para Comte amar al de al lado trae como consecuencia el orden de manera natural, es decir, las acciones de una sociedad que busca el beneficio del otro serán siempre ordenadas, logrando que todxs progresen. Fácil ¿no?
Amor, orden y progreso sin duda son excelentes valores para iniciar, mantener y hacer crecer un negocio.
E vivió en carne propia el tener horarios laborales muy demandantes mientras se desempeñaba como empleado, por lo que en The Cupcake Project, las jornadas laborales son de 5 horas diarias, ¡sí 5 horas diarias! E habla orgulloso de lo que sus colaboradores pueden hacer durante su tiempo libre, por ejemplo la persona encargada de la limpieza pudo terminar la primaria gracias al horario y la estabilidad que le da trabajar en su tienda. Lo que comprueba que la fórmula amor, orden y progreso funciona bastante bien.
La historia no para ahí, The cupcake Project cuenta ya con tres tiendas ubicadas en el D.F. y Estado de México, sus postres son considerados los mejores de la ciudad y vaya que lo son, sus horneadas son diarias, el producto es del día, mensualmente estrenan menú, y sus creaciones siempre son novedosas y deliciosas. En Acción de Gracias regala cupcakes todo el día en agradecimiento a la preferencia de sus clientes.
E luce feliz, pleno y seguro de cada paso que da, siempre que lo veo es inevitable no recordar la imagen de ese paisaje en su computadora: la cima de una montaña; él y su historia son un hecho comprobado científicamente de que el pensamiento positivo lo llevaron a un mejor lugar. E vive y ama lo que hace, se percibe en el sabor de sus cupcakes, se nota en un lugar tranquilo y feliz.
Lo sé: suena cursi esto del pensamiento positivo; pero si nos basamos en el Positivismo de Comte es claro y puede comprobarse científicamente que el ser positivo puede generar mejores realidades.
Pondré un ejemplo: en mi caso todos los días pasaban pensamientos negativos por mi cabeza: tragedias, descalificaciones hacia mis sueños, cuerpo, metas; pensamientos negativos de todo tipo el resultado de esto era estar en constante estado de alerta, ya que el pensamiento genera una situación de estrés, posible o no tu cuerpo reacciona a ella como si fuera real, por lo que mientras a mayor número de pensamientos negativos el estrés se incrementa.
Durante años la acumulación de pensamientos negativos no sólo me mantuvo estresada sino desenfocada, sin posibilidad alguna de concentración, es decir en completo caos ya que la mayoría de mis pensamientos estaban basados en el miedo, no en el amor como sugiere Comte. Miedo, desorden y estancamiento, podríamos decir.
Pero se pone peor, el estrés produce adrenalina en el organismo, la adrenalina aumenta el ritmo cardiaco, dilata los conductos de aire y contrae los vasos sanguíneos, esta reacción es ideal si necesitamos huir del peligro, pero segregar adrenalina de manera cotidiana, más una mala alimentación y no hacer ejercicio, es el caldo de cultivo perfecto para generar una baja en las defensas de nuestro cuerpo y ahora sí todo lo malo que pensabas se convertirá en realidad ya que estarás a merced de cualquier enfermedad disponible para tu sexo, edad y ubicación geográfica.
Los pensamientos negativos estresan, el estrés cotidiano enferma.
Pero seamos positivxs, hay salvación y al igual que ejercitar tu cuerpo, tendrás que ejercitar la mente, cada vez que un pensamiento negativo te invada tendrás que convertirlo en positivo, por ejemplo “Soy mala para vender”, deberás cambiarlo a “Soy buena en lo que hago y puedo aprender muchas cosas nuevas con facilidad”, si quieres verte más arriesgada (positiva) podrías pensar “ Soy excelente vendedora” sí, suena bobo pero autoconfirmarte te da seguridad y te llevará a lograr objetivos muy claros en todos los aspectos de tu vida.
Todos los días al levantarte date los buenos días y antes de que te invada lo negativo, piensa en las cosas positivas que te hacen ser, las cosas que haces muy bien, los pensamientos positivos son como series de abdominales cerebrales para fortalecer tu autoestima.
E es un ejemplo científico de que ejercitando el pensamiento positivo puedes llegar a cumplir sueños no sólo personales, sino incluso comunitarios: postres deliciosos con ingredientes de excelente calidad elaborados por personas que son felices en su trabajo. Suena increíble y es real.
En mi caso hace aproximadamente 4 meses practico el pensamiento positivo y aunque a veces no me sale del todo bien, mi vida ha mejorado de manera importante, el miedo ya no está tan presente y lo mejor he podido enfocarme en objetivos claros.
Ser positivos entonces no sólo esa frase cursi que encuentras en las redes sociales, ser positivos es pensar siempre lo mejor, trabajar desde el amor propio y el que das a los demás, a tu comunidad, esto derivará en un orden natural que llevará a todas y a todos al progreso.
Nunca olvidar que el pensamiento positivo debe de ir acompañado de acciones.